México y Estados Unidos pueden entrar en una guerra comercial si ambos gobiernos aplican impuestos a la importación de mercancías, alertó el ex secretario de Comercio y Fomento Industrial —instancia que negoció el TLCAN—, Jaime Serra Puche.
Destacó que puede haber “un esquema de ojo por ojo”, situación que afectará a México porque será como darse un balazo en el pie.
Explicó que una vez que asuma la presidencia Donald Trump, uno de los peores escenarios en materia comercial es que las autoridades mexicanas, con el afán de seguir como socios del TLCAN, acepten la imposición de cuotas de importación a los productos nacionales.
“El peor escenario sería que con el afán de continuar con el instrumento que rige el comercio de América del Norte aceptáramos medidas de comercio administrado en el que se puedan tener cuotas. Eso sería fatal porque sería una incertidumbre eterna el limitar el volumen de las exportaciones hacia ambos lados de la frontera”, abundó Serra Puche, quien añadió que en ese caso es mejor salirse del tratado comercial.
Añadió que otro de los escenarios es que Donald Trump se salga del TLCAN e imponga a México los aranceles que tiene registrados ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), de 2.8% en promedio.
Aunque, comentó, existe la posibilidad de que se retire de la OMC y entonces “entremos en una guerra comercial”, porque Estados Unidos no va a tener restricciones para imponer aranceles a México.
Recomendó no cerrar la economía mexicana al libre comercio ni apostarle a políticas proteccionistas, pese a la decisión que tome Trump.
Violación al TLC y OMC. Durante el seminario de Perspectivas Económicas 2017, que organizó el ITAM, el especialista en comercio exterior y jefe negociador adjunto en las negociaciones del TLCAN, Jaime Zabludovsky, mencionó que Trump no puede imponer altos aranceles porque viola el tratado y la OMC. La única forma para aplicar sus medidas es saliendo del acuerdo y abandonar al organismo.
Luis de la Calle, ex subsecretario de Negociaciones Internacionales de la otrora Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, explicó que el reto es saber si Estados Unidos se mantiene abierto o será proteccionista.
Agregó que “si las empresas creen que pueden evitar a Trump, están equivocadas”, por ello hay que tomar cinco acciones concretas: comprometer a México con la apertura, no aceptar en la negociación nada contrario a los intereses de las economías, asegurar la plena implementación de las reformas estructurales, decir a EU que sí estamos dispuestos a considerar cambios, y diversificar mercados.
Alentó a demostrar a las empresas estadounidenses que México puede encontrar otros proveedores, sobre todo en la parte agrícola, lo que puede significar negociaciones con Australia y Brasil, que son una fuente alterna de este tipo de productos.
Para el embajador Andrés Rozental, la negociación del TLCAN debe incluir todos los temas que ligan a ambas economías, desde migración hasta el control de drogas.